Tras desayunar eclipse solar, almorzar supermoon y cenar equinoccio de primavera durante más de una semana, esta mañana decidí despertarme a las 9:15 para verlo en la que, se suponía, sería su hora de mejor visibilidad en Londres.
Al salir de mi habitación, y a pesar de tener un gran ventanal en el distribuidor, todo estaba en penumbra. Me iba frotando las manos, de camino a la cocina, ilusionada con la idea de poder tener una visión completa de este regalo que la naturaleza no nos hacía desde 1999 y que no se repetirá hasta el 12 de agosto de 2026 y ¿qué fue lo que vi? Sigue leyendo